-Disculpe señorita… su tasa de salida?
Se la entregó sin sonrisas, sin mirada o devolución de energía
alguna… con ojos y expresión impasibles,
se sube al bus.
Había tenido un día pesado, un día duro, no tenia ánimos de
ser amable, solo quería llegar a casa.
¡Mierda!... – necesito Bajar un segundo, dijo al chofer
mientras corría en busca de un “no se qué” dejado en el baño.
-¡Señorita! Escuchó a lo lejos como un eco sin prestarle la
menor atención.
-¡Señorita… es usted..?!
-¡Permiso niño!... gritó a un niño como de 9 años que se le
abalanzaba, esperando que se quitara de su camino, necesitaba hacer todo rápido
o el bus la dejaría y su maleta ya estaba en el asiento… no podía demorarse
mucho.
A pocos metros estaba… un niñito con 3 libros en la mano
corriendo tras ella…
-¡NO TENGO DINERO MUCHACHITO!... Ya estaba cansada del
seguimiento del niño… tan constante.
Pobre… pensó mientras iba de regreso al Bus… debe de
necesitar ese dinero para comer… pero no puedo gastar en libros ahora, aunque
me encantaría… -¿Qué libros vendería?- se preguntó.
-¡Mierda!... si me deja el bus mato a este niño… La corneta
del bus la hizo despertar de su distracción.
-¡SEÑORITA POR FAVOR, PARE!... –Gritó mientras ya estaba
frente al bus lista para subirse- ¿Eres María?
Se le congeló la sangre… se detuvo frente al Bus mirando a
aquel niño con los 3 libros en la mano y una sonrisa de conspiración.
-¡Que quieres?- Preguntó desconfiada… pensando en que se
trataba de alguna trampa para robarle o alguna cosa.
Mientras el niño le acercaba los libros por su mente pasaron
muchas cosas… Su nombre es muy común… podría haber atinado… tenía que tratarse
de algo malo… nadie da libros así porque si… y mucho menos la…
-¡LA TRIOLOGÍA DE 50 SOMBRAS!... murmuró fascinada.
-¡Tu eres María, yo lo sé! Y te mandan esto… tómalos ya
porque no te perseguiré mas.
Tomando los libros consternada y confundida… pero fascinada…
era la triología que había estado buscando por semanas… ahorrando para
comprarla, buscándola…
Pero… ¿cómo?... ¿quien sabia de ello?... ¿Quién puede
interesarle tanto como para comprarla y enviármela de este modo?... un…
¿Anónimo?
Tenía tantas preguntas en su mente, mirando incrédula los
tres libros que sujetaban sus manos… que no se percato de que el niño al entregárselos
salió corriendo perdiéndose entre la gente y los buses sin dar tiempo de
sacarle alguna información.
-¡ULTIMO LLAMADO!... ¡SALIENDO!-Dijo el chofer montándose en
el Bus ya listo para partir…
-¡MIERDA!... Gritó… despertando de sus pensamientos…
Esta vez sonriendo, con ojos y expresión inequívoca de
emoción, de ilusión y curiosidad subió al Bus.
Su expresión ya había cambiado… sus manos no estaban vacías
y su corazón no latía lentamente… Su rostro proyectaba una sonrisa tan grande
que contagiaba a la gente a su alrededor y sentada en su asiento comenzó a
buscar al niño desde la ventana… con la esperanza de verlo desde lejos para
saber quien lo había mandado…
-No podía estar equivocado, dijo mi nombre- pensó.
Ojeando los libros cautelosamente observó tres tarjetitas
con pensamientos… una en cada libro. Eran marcadores de página…
-¡Seas quién seas…gracias!-Murmuró.
Su día había cambiado, ya no se sentía cansada, ese hombre
la conocía muy bien… no cualquier hombre regala libros hoy en día… no cualquier
hombre hace esos detalles como forma de envío… quien quiera que sea estaba muy
cerca… o muy lejos… pero estaba… y eso le bastó para volver a creer.
1 comentario:
Como un marcador de página, algo me ha traído hasta aquí... Anda, escribe, escribe...
Un beso
Mario
Publicar un comentario