jueves, 2 de diciembre de 2010

En memoria de Luis Lemoine. (1921-2010)




Que buen whisky el que estoy tomándome, a las rocas, como te gustaba cierto.
A tu salud viejo, que en paz descanses o feliz trabajes.
Abuelo, hoy partes dejándome un vacio en el alma… vacio de tu presencia corporal, tu espíritu y recuerdos me llenan ese vacio, así que tan sola no me siento.
Cada quien vive según sus decisiones, supongo que por eso tenemos momentos buenos y otros malos… Lo importante siempre es aprender o por lo menos vivirlos lo mejor que se pueda.
Una palabra basta y sobra para decirte lo que quiero, pero ya mirándote al rostro no puedo, quizá en otra vida.
Tristeza nunca sentí… impotencia quizá!
Busque miradas culpables, sin embargo para que buscarlas? Ellas me bombardeaban solas, estaban a simple vista.
Tu partida me dio más alegrías y lecciones de vida que tristezas y desconsuelo.
No perdí mí tiempo amando cada segundo y cada momento que viví en tus tramites de ida.
Recordé que juzgar no es mejor que comprender.
Recordé que vivir no es mejor que morir, quien sabe que hay mas allá de la vida?..
Pinte en mi corazón mucha esperanza, actualice mis recuerdos y mis vivencias… actualice mis prioridades, mi vida!
Tu alegría en vida me recordó también que hay más que risas, hay sentimientos por reencontrar en el camino.
Conversaciones, besos resbalosos y sencillos que faltaron pero que jamás dejaran de pasar, aquí, allá, donde sea serán siempre.
Aquí estarán tus ojitos achinados un tiempo más conmigo…
Tus bigotes tan picaros y tus trucos de magia, tu chispa de orgullo y dignidad también me recordaran a viva voz que primero es lo primero.
El amor no se mide con lágrimas, se mide con pensamientos y vaya que pienso en ti… no desde ahora, no desde siempre… no desde cuando, no desde nunca.
Si no desde este corazón, desde este espíritu que espera conectarse pronto contigo de nuevo.
Dios te tenga donde mereces estar abuelo..
Nos vemos viejo, nos vemos.
En memoria de Luis Lemoine. (1921-2010)