viernes, 10 de agosto de 2012

Cronicas 1

¡Auxilio! ¡Sáquenme de aquí por favor! ¡Por favor mudémonos! Gritaba de desesperación a un hombre alto de color, tenía un traje marrón con tirantes y sombrero. Siguió corriendo por ese corredor en el que nunca había estado dirigiéndose a otra habitación. Entra a un cuarto y ve una mecedora en la antesala de la recamara cuando se dirige hacia la peinadora, necesitaba el cepillo de cabellos dorado que estaba sobre la repisa, lo tomo rápidamente y de repente una manos pequeñas salen de debajo de la cama tomándole los pies, eran manos que parecían de niños de 5 años, eran sucias, desnutridas, macabras… varias de ellas saliendo de la cama rasguñando el piso con sus uñas partidas y sangrantes queriendo desesperadamente arrastrar a esa pequeña debajo con ellas, a lo que se logró soltar corrió gritando desesperada de nuevo cuando de repente se le apareció el espíritu de una niña pequeña, muy hermosa y con un vestido impecable de color blanco con encajes azul cielo meciéndose en la mecedora que había visto antes… Algo dentro de ella se estremeció aun más al ver aquella escena así que corrió con más fuerzas por el corredor donde le pidió a gritos auxilio al hombre de color. -¡Espera! ¡No te asustes, cuando tengas miedo llámame!- le dijo aquella niña fantasma mientras corría detrás de aquella muchacha asustada por todos aquellos acontecimientos macabros... ¡Por favor ayúdenme!- Se dirigía a dos mujeres y al hombre anterior que estaban sentados tomando té en el corredor de la casa donde estaba… de repente algo la sometía, una fuerza extraña la poseyó por unos segundos haciendo cada vez mas distorsionadas sus extremidades y su cuerpo se contorsiono un poco y se aferro a una de las mujeres que estaban allí, rápidamente logro zafarse de toda aquella fuerza malévola y se dirigió a una de las mujeres la cual tenia consigo una pequeña libreta en la que le escribió “ES EL SER”… al leerlo la muchacha se preguntó dentro de si ¿qué ser? ¿Por qué me esta pasando todo esto a mi? Desesperada preguntaba a gritos que pasaba cuando el hombre de color le grito un nombre largo y en otra lengua, era casi impronunciable, un escalofrío recorrió su cuerpo de pies a cabeza y la asusto muchísimo y corrió y corrió mucho hacia una especie de jardín gritando el nombre de la niña fantasma que le ofreció su compañía en momentos de angustia, al llegar vio que en una puertita de madera a la derecha estaban varios espíritus hasta que apareció la niña y la invito corriendo a sentarse junto a ella en una de las dos mecedoras que estaban sobre una alfombra en el centro de ese jardín techado y le comenzó a decir que se calmara que ya estaba a salvo, vio a una enfermera con un uniforme antiguo antes de que la niña apareciera… -Debió ser otro espíritu- pensó mas calmada. -No se si esta niña es buena o mala, pero fue la única que me ofreció ayuda y es la única que está a mi lado- se dijo para sí misma mientras se percató de lo cómoda de la mecedora y del vitral que había en todo el medio del techo, perdiéndose en su luz. -¡DIOS!- gritó desesperada, su corazón se iba a salir de su pecho… estaba empapada en sudor aun con el aire acondicionado a 16 grados centígrados, otro sueño de esos que la desequilibraba y no la dejaba dormir por el resto de la madrugada, tomó un poco de agua y se recostó en su cama de nuevo sintiendo lo fresco del cuarto, prendió la TV para sentir un poco de luz y se dispuso a rezar y a intentar dormir por un rato mas... Eran las 3:50AM... ... . 7:00AM Un suspiro de cansancio salió de sus labios mojados… -Estoy cansada, necesito descansar y ¡que esto pare ya! –Pensó- mientras se tallaba el cuerpo con la esponja enjabonada, esa ducha había sido la más larga en un buen tiempo… había tenido otro de sus sueños en los que batallaba. -Ya no se a quien recurrir- decía desesperada, confundiendo las lagrimas con el agua que caía de la ducha –tengo que hacer algo- pensó y salió de la ducha sin pensar en que el día que le esperaba traía consigo un camino diferente al que se planteo esa mañana. Abrió el closet percatándose que era un día de esos en los que no se sentiría a gusto con nada sobre el cuerpo, así que agarro unos jeans desgastados y una camisa de cuadros, se trenzo el cabello y agarro dinero para irse a la universidad y Pidio a sus protectores que nunca la abandonaran.

1 comentario:

Mario dijo...

Escribe, escribe... y prometo regresar, regresar...

Un saludo, de vuelta.

Mario