viernes, 19 de septiembre de 2008

Carta al caballero andante #3


Caballero andante…

Ansío verlo, es pronta su llegada, me desespero, yo que soy tan fuerte, me siento frágil ante su presencia.
Me es difícil no pensarlo, me es imposible tratar de olvidarlo.
Ni la copa de vino tinto seco que mojan mis labios es capaz de suavizar la rudeza de la espera, una espera que se me ha hecho eterna.
Al mirarlo desde lejos durante su camino, descubro que está un poco más nervioso que yo, quizá es el miedo de decir alguna palabra mal, o decir algo de más en su discurso…
Aquí sentada siempre en la fila del medio, junto a gente común, no quiero que sepa que desde hace 30 años que le sigo sus pasos, que camino con usted…
Su ritmo es difícil de alcanzar, se me ah ido la vida entera buscando que me note y hoy, que estoy a punto de enfrentármele, se me es difícil, al fin y al cabo, las sombras son solo eso, sombras… mejor espero un poco mas.
Esta sombra desea ser mas que la suya, esta mujer desea ser su mayor inspiración, esta siempre niña inocente desea saber mas de la vida de la mano de alguien tan cercano; usted mi caballero andante será quien lo sea… mientras las gotas de rocío caen de mis ojos, mientras esté a un paso de usted, sin que me note, seguiré siendo su sombra, el ángel de su ángel, su amiga, su confidente, seré siendo nadie en sus ojos…

Por cierto, que suéter tan bonito, admitiré que es el mejor que se ah puesto hasta ahora.
El cuello tortuga le sienta de maravilla…


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